A continuación encontraran
guía N° II, del Modelo Análisis Transaccional que
complementa la segunda parte del conversatorio sostenido sobre la temática.
La guía
contempla:
¿QUÉ SON LOS JUEGOS PSICOLÓGICOS?
Eric Berne, psiquiatra y fundador del Análisis Transaccional explica los
juegos psicológicos como una forma disfuncional de buscar cubrir nuestras
necesidades de atención, reconocimiento y afecto, aunque sea de una forma
negativa.
La palabra “juego”
no indica diversión, sino una dinámica dentro de las relaciones interpersonales.
Se diferencian de los juegos de azar en que en los juegos psicológicos siempre
se sale perdiendo (tienen un coste emocional).
Los juegos psicológicos tienen
un carácter inconsciente, pues las personas no se dan cuenta de su mecanismo
cuando se relacionan socialmente. De lo que sí pueden darse cuenta es de que
frecuentemente caen en situaciones similares en las que terminan sintiéndose
mal, pero no son conscientes de cuánto colaboran ellos en la repetición de
estas situaciones.
Son muy variados: juegos de
poder, sexuales, de pareja,… y tienen una doble finalidad:
- Manipular a los demás, en lugar de establecer con ellos una
relación sana y directa.
- Demostrarse a sí mismo y a los otros que los “mitos” (lo que se
cree o se piensa de sí mismo) que le dominan son ciertos.
Los juegos se aprenden a una
edad temprana, quedan grabados y se repiten después sistemáticamente,
involucrándose la persona en una serie de jugadas, movimientos o acciones que
tienen un resultado previsto.
La mayoría de los juegos son
socialmente tolerables, aunque hay otros juegos más graves que pueden
perjudicar la salud e incluso la vida de la persona como, por ejemplo, las
adicciones.
Los juegos
psicológicos pueden bloquear o minar nuestras oportunidades de tener éxito en
diversas áreas de nuestra vida, ya que consumen y disminuyen nuestra energía
psíquica, dejándonos nerviosos, frustrados, tristes, rabiosos, con un falso
rebusque de triunfo o superioridad.
La
fórmula de los juegos:
En los juegos psicológicos
existe una sistemática que siempre se cumple. La fórmula comienza en el Cebo,
que es la jugada o acción que efectúa el primer jugador. Se produce una
reacción si la otra persona ”pica”.
Se podría representar de la
siguiente manera:
Cebo + Flaqueza
= Respuesta – Cambio – Beneficio Final
- Cebo: Está dirigido a
“enganchar” la parte complementaria sensible de la otra persona.
- Flaqueza: Es el
punto débil del interlocutor que se “engancha” en el cebo.
- Respuesta: El
interlocutor responde al juego (por su flaqueza), en un estado NO OK.
- Cambio: El primer jugador
cambia bruscamente de rol. El segundo se siente confundido y sorprendido.
- Beneficio: Ambos
participantes se sienten mal. El primer jugador “gana”, confirma su mito y
su posición existencial.
Quizás te preguntes ¿cómo que
el primer jugador “gana”? Y aquí introducimos otro concepto, el de Caricias
Negativas. Según Berne, las personas necesitan de caricias para poder saciar su
necesidad de ser reconocido como persona que existe. Hay muchos tipos de
caricias según la intención con que dan, según cómo se reciben o cómo se dan…
Para simplificar diremos que las caricias pueden ser positivas (son las que
proporcionan un estado de bienestar en quien las recibe / p.e. “me encanta
estar contigo”) y las negativas (son las que producen un estado de malestar
en el receptor / p.e. “¡cállate, inútil!”). Según Berne, es preferible
una caricia negativa a no recibir caricia alguna (la indiferencia).
¿Cómo
detectarlos?
Indudablemente es más fácil
descubrir los juegos que están jugando los demás, sin embargo hay preguntas que
pueden ayudarte a detectarlos:
- ¿Qué es lo que está ocurriendo una y otra vez?
- ¿Cómo empieza?
- ¿Qué sucede luego?
- ¿Y después qué pasa?
- ¿Cómo termina?
- ¿Cómo te sientes después que ha terminado?
Empleando esta serie de
preguntas se detectan los juegos y es posible encontrar conductas alternativas
positivas para cambiarlas por las negativas en cada etapa; el resultado es una
manera de romper los juegos evitando el vacío existencial.
¿Qué
hacer para romper los juegos psicológicos?:
- Conocer la dinámica de los juegos psicológicos: De esta manera podemos hacernos conscientes de este mecanismo,
para poder prevenirlo o detenerlo.
- Pregúntate qué estás ganando jugando a ese juego. Te ayudará responder a esto mirando cuáles son tus carencias o
necesidades más importantes.
- Ignorar el juego:
Cambiar de tema, retirarse de la escena,…
- Ofrecer alternativas:
Cambiar a un juego para “hacer algo en su lugar”. Si la persona aprende lo
que debe hacer para cubrir sus necesidades, los juegos desaparecerán.
- Invitar a los participantes a hacer intercambios auténticos y evitar los dobles mensajes.
M. Angeles Molina.
¿Qué hacemos
con el tiempo de nuestra vida? Cuando llegamos a este plano existencial,
tenemos tres recursos básicos: nuestro cuerpo, nuestra mente, y tiempo. La vida
es el tiempo que transcurre desde que nacemos hasta el momento de nuestra
muerte.
Cuando hablamos de tiempo hemos de
tener en cuenta dos formas de considerarlo: tiempo cronológico y tiempo
psicológico. El primero, o cronológico, se mide a través de un procedimiento
convencional y no es más que una referencia de un movimiento contra otro
movimiento que necesitamos para orientar nuestros actos, "ya es hora
de...", "nos falta un poco para...", "dentro de dos
horas...", "aun tenemos tiempo para...".
Es lo que llamamos tiempo real
de acuerdo con el reloj. El segundo, tiempo psicológico, está en
relación a nuestra percepción o vivencia interna del tiempo, que difiere
considerablemente de la cronológica: el reloj tarda lo mismo en marcar las
horas, aunque a veces parezcan eternas, o viceversa. Lo mismo pasa con los
días, semanas, meses o años, cuya magnitud pareciera acortarse a medida que
avanza nuestra existencia.
Berne
dice que además de la necesidad de ser estimulados y reconocidos, las personas
precisamos de programación. El constante problema de las personas cuando
estamos con otra es "¿qué decirle a el/ella después de decir hola?",
y para muchos no hay nada tan incómodo como un lapso social, un período de
silencio cuando nadie puede pensar en algo más interesante que decir que
"hablar del tiempo".
Un reto continuo del ser humano es el
de estructurar su tiempo de forma programada. El aburrimiento durante períodos
largos propicia el deterioro emocional y físico. Para evitarlo, buscamos algo
que hacer con nuestro tiempo. Qué madre no ha oído a un niño pequeño decir
"¿y ahora que puedo hacer, mamá?". Pero no sólo un niño, todo el
mundo piensa en "¿que puedo hacer ahora o esta tarde, este fin de semana,
estas vacaciones, este fin de año?".
También es muy conocido lo detestable
que es un trabajo en el que no hay nada que hacer, irremediablemente se busca
algo que hacer entonces: leer, ver televisión, resolver crucigramas, quitarle
el tiempo a alguien... pero algo se necesita hacer.
El ser humano, como unidad
bio-psico-social necesita irremediablemente relacionarse con los demás, no
puede permanecer aislado si no quiere sufrir un importante deterioro. Así el
hambre original de caricias se convierte en hambre de
reconocimiento en su contacto con la gente y una sonrisa afectuosa, un saludo,
un "hola" o "hasta luego", un e-mail o un "qué tal,
como estás?" son suficientes para que la persona reciba un estímulo para
sentirse bien.
Pero aún ésto no es suficiente, y
cuando hay ausencia de estímulos en una reunión social, la situación se torna
tensa, se produce un incómodo silencio que incita a decir cualquier cosa. El
verdadero problema de las relaciones humanas está en saber qué hacer cuando no
se sabe que decir, entonces agobia el tiempo, surge la necesidad de
programación o estructuración del tiempo.
FORMAS DE ESTRUCTURAR EL TIEMPO
Desde el
enfoque del Análisis Transaccional, cuando dos o más personas se reúnen en una
habitación tienen como opción a escoger seis clases de conducta social ó formas
de estructuración del tiempo:
Berne estableció, seis tipos de
relaciones humanas o maneras de usar el propio tiempo en relación con los
demás.
Aislamiento, Rituales, Pasatiempo, Juegos,
Actividad e Intimidad. Cada una de ellas implica un compromiso emocional
creciente.
Aislamiento o ausencia; ocurre cuando estamos pensando en
nuestras cosas, al margen de los que nos rodean. Desconectar de vez en cuando
sirve para relajarse un poco y evitar que se acumule demasiada tensión.
Rituales; son relaciones en las que se actúa
según lo previsto, lo acordado. Sirven para vivir cerca de otras personas sin
tener que profundizar en la relación EJ. Comportarse discretamente en público,
saludar, caminar por la derecha o por el mismo lado que los que van en la misma
dirección, utilizar siempre la misma fórmula para iniciar una conversación
telefónica, sentarse siempre en el mismo lado de la mesa etc.
Pasatiempos; Son las relaciones sin contenido, que
sirven para llenar el tiempo, útiles para conocerse mejor y para mantener una
relación, a la espera de que surja algo más interesante que hacer. Ej.
Conversaciones sobre el tiempo, los vestidos, los coches, el fútbol.
Actividades; Trabajo, colegio, ocio… responden al
deber y al placer
Juegos; son relaciones repetitivas con
una motivación oculta, en las que no se
expresa lo que se siente realmente, con el fin de lograr un objetivo no
confesado y muchas veces inconscientes. Crean malestar y son causas de
conflictos y rupturas. Los juegos sirven para utilizar a los demás, para
engañar y para autoengañarse y obtener un beneficio.
Intimidad; Relaciones ligadas al yo estoy bien,
tú estás bien. Son relaciones de unión con el otro sin defensas ni segundas
intenciones, con sinceridad y espontaneidad. Relaciones entre dos adultos que
permiten que saga su niño natural (creativo, espontáneo, curioso). Son
relaciones auténticas, satisfactorias.
Es importante
destacar, que las primera cinco relaciones tienen su utilidad, pero en exceso
son perjudiciales porque no nos implican plenamente, son relaciones
superficiales, poco satisfactorias o negativas (como ocurre con los juegos).
Sólo la intimidad llena, satisface nuestra necesidad de afecto y unión.
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